El otoño es una época excepcional para observar aves en las costas cantábricas. Muchas de las especies marinas que tienen sus lugares de reproducción en el norte de Europa, tras sacar sus pollos adelante, emprenden un peligroso viaje que las llevará, bordeando toda la costa cantábrica y atlántica a sus zonas de invernada, muchos de ellos en el África Subsahariana.
Basta con asomarse a un acantilado durante estos días (si sopla el viento del norte mucho mejor) y pararse a observar el mar con unos simples prismáticos: alcatraces, garzas, cormoranes, pardelas, varias especies de gaviotas, limícolas….etc pasarán por delante sin descanso en algunos casos en números de cientos o miles por hora.
Pero si hay un ave característica de este momento en nuestras costas, ese es el Alcatraz. Es un ave pelágica que pocas veces se acerca a la costa a no ser para reproducirse. Sus mayores colonias de cría se encuentran en las costas atlánticas del norte, pero especialmente en algunos puntos de la costa oeste escocesa.
La joya de los alcatraces es la isla de Bass Rock donde las parejas reproductoras se cuentan por miles y es un lugar casi de culto para todos los aficionados británicos a la observación de aves.
Para mí es muy divertido, los días de vientos del norte observar a los Alcatraces en sus diferentes edades. En las tres imágenes anteriores, vemos un alcatraz adulto (más de 5 años), un joven de unos 3 años (comunmente llamados «Dameros») y un pollo del año (totalmente negro).
Si encuentran un banco de peces, cerca de la superficie no dudarán en parar su viaje y empezar a hacer impresionantes picados para pescar, alimentarse y posteriormente continuar su viaje.
Este espectáculo está al alcance de todos. Como os dije, basta con irse a un acantilado un día de brisa o viento del norte (preferentemente durante los meses de septiembre y octubre) y, como siempre os digo, tener paciencia y observar.
